Así dice una de las canciones contenidas en el disco 12 segundos de oscuridad (hermana duda) de Jorge Drexler, cantautor uruguayo cuya poesía me ha acompañado íntimamente este último año…
Esta frase me permite conectarme con la idea de reconocerme responsable de las relaciones que establezco y de cómo en aquellos momentos en que he sentido que la vida es un tanto injusta, esto me permite remitirme a la idea de que he sido yo mismo quien la ha construido de esta manera, día a día… y que las consecuencias de aquello que hago no es nada más ni nada menos que eso, una consecuencia.
Parece ser más sencillo tirar la rabia que siento a otros y pensar simplemente que los demás son responsables de lo que me pasa y siento… otro aparece teniendo la culpa de que me sienta de esta manera ahora y claro, de ese modo termino sintiéndome una víctima de aquellos que no saben reconocer mi esfuerzo o que no valoran lo que hago por ellos….
Es muy difícil moverse en esa posición, parece entonces que todo depende de la opinión que los demás tengan de mi, de lo que hago, de lo que siento… cualquier cosa que diga o haga, terminará no satisfaciendo a todos… la consecuencia es mejor no moverse para no provocar la molestia en los demás. Como no sentirse atrapado en ese lugar, verdad?...
Mis dilemas son el resultado de aquello que yo mismo he construido… aquello que he construido desde la conciencia, esto es, desde reconocer mis necesidades y las de los demás. También mis dilemas son el resultado de aquello que he construido sin conciencia, desde esperar que las cosas se den de tal o cual forma, de pretender que otros “se den cuenta” de lo que necesito sin hacer el esfuerzo por mostrárselo o de pedir aquello que necesito… o incluso sin saber yo mismo lo que he necesitado a veces.
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